Mi hijo, de poco más de veinte años, apenas había terminado la secundaria hace unos años. Era mal estudiante, no logró entrar a ninguna universidad, pero al final de cada mes, enviaba 40 millones de dong al pueblo…

Mi hijo, Phúc, tiene poco más de veinte años. Terminó la secundaria hace algunos años, pero nunca consiguió un título. Era muy malo en los estudios, se presentó a los exámenes varias veces, pero nunca logró entrar en ninguna universidad. Toda la familia pensó que solo le quedaba el camino del trabajo físico o aprender algún oficio para ganarse la vida. Sin embargo, de forma inesperada, cada mes enviaba 40 millones de dong a casa. Era realmente extraño.

No sabía en qué trabajaba ni dónde estaba, solo que nunca fallaba en enviar el dinero cada mes. Mi hijo jamás hablaba de su trabajo, solo decía: “Todo va bien, mamá, no te preocupes.”

Hasta que un día, Phúc trajo a su novia al pueblo. Recuerdo claramente ese día: toda la familia se reunió, esperando ver quién era aquella chica tan bonita. Pero cuando entró, todos nos quedamos con la boca abierta. No fue porque no fuera linda, sino por su primera frase:

— Buenas tardes, soy la novia de Phúc… y… ¡he traído el dinero!

Toda mi familia se miró sin entender nada. La chica, además de ser muy guapa, tenía una seguridad impresionante. Llevaba en la mano un sobre grueso y lo entregó con toda seriedad. Mi madre fue la primera en romper el silencio:

— ¿Qué están haciendo ustedes dos que hasta la chica tiene que traer el dinero? ¿Hasta qué punto han llegado para que una mujer tenga que venir con dinero a esta casa?

En ese momento, Phúc solo sonrió, y la chica también sonrió dulcemente.

La casa quedó en completo silencio. Nadie entendía lo que estaba pasando. Entonces, la joven habló, con una voz suave:

— En realidad, soy la gerente de Phúc. Él es uno de los empleados estrella de nuestra empresa, se dedica a la inversión y análisis de mercado. Tiene una gran cantidad de acciones y valores que nadie conoce. Y ese dinero que envía cada mes es el resultado de las ganancias de sus inversiones.

Toda mi familia quedó paralizada. Phúc, el hijo por el que tanto me preocupé, al que creía sin futuro por sus malas notas, resultó ser dueño de una gran fortuna.

Yo me quedé boquiabierta, y mi madre, con los ojos brillantes, se levantó de golpe y exclamó con determinación:

— ¡Madre mía! ¡Pues entonces que se casen ya! ¡Esta chica tiene suerte, y el chico es listo, si le va bien en los negocios, que se casen cuanto antes!

Todos en mi familia se reunieron a su alrededor, sin pensarlo más. Por un momento, todos olvidamos lo raro de la situación y solo deseamos un final feliz. Resultó que Phúc no era un joven común. No solo sabía ganar dinero, sino que también gestionaba sus finanzas como un verdadero adulto.

Phúc me miró y, con una sonrisa tranquila, dijo:

— Mamá, ya te lo había dicho: no me falta nada. Solo necesito tener a mi familia, a mis amigos y a la persona que amo.

Pero solo unos días después, llegó un golpe imposible de creer.

Un hombre de mediana edad se presentó en mi casa con unos documentos en la mano, informándonos que Phúc estaba siendo investigado por un gran caso de estafa financiera. Me quedé completamente en shock al descubrir que Phúc no trabajaba en ninguna empresa de valores. En realidad, él era solo un “anzuelo” en una red de estafas, cuyo objetivo era engañar a personas ingenuas para que invirtieran en productos financieros falsos. Todo el dinero que Phúc enviaba a nuestra familia provenía de esos fraudes.

Corrí a buscar a Phúc, pero ya había desaparecido. Su hermosa novia también se esfumó. No quedó ni una sola pista.

Todo se derrumbó como un castillo de naipes. No podía creer lo que veía, darme cuenta de que mi hijo, aquel al que consideraba un buen muchacho, era en realidad un estafador. El dinero que nos enviaba no era fruto de la suerte ni del talento, sino del dolor y la desesperación de cientos de personas.

Al final, mi familia quedó entre deudas y la destrucción total de nuestra confianza. Y me pregunto a mí misma: ¿Phúc es realmente mi hijo, o solo fue la sombra de los sueños vacíos que yo misma construí durante tantos años?