Marido echa a su mujer y a sus hijos de casa, amante misterioso da 10.000 rupias y mensaje que conmociona a todo el vecindario – Tres días después, escena que dejó atónitos a todos
Marido echa a su mujer y a sus hijos de casa, amante misterioso da 10.000 rupias y mensaje que conmociona a todo el vecindario – Tres días después, escena que dejó atónitos a todos
Marido echa a su mujer y a sus hijos de casa, amante misterioso da 10.000 rupias y un mensaje que conmociona a todo el vecindario – Tres días después, la escena que impacta a todos
Esa tarde en Jaipur lloviznaba; el pequeño callejón frente a la antigua zona residencial estaba teñido de gris. La lluvia no era fuerte, pero sí suficiente para entristecer a la gente. Priya abrazó con fuerza a su hijo de tres años; sus pasos pesaban sobre el suelo mojado. Acababan de echarla de la casa que su esposo, Rakesh, había construido durante toda su juventud.
En el porche, Rakesh estaba junto a su joven amante, Anika, con los brazos aún alrededor de su cintura, observando con frialdad cómo su esposa e hijos se marchaban sin la menor compasión. Ni una palabra de súplica, ni una lágrima.
Priya no lloró. Simplemente se mordió el labio, inclinó la cabeza y se llevó a su hijo lejos de lo que solía ser su hogar.
Pero apenas había dado unos pasos, Anika corrió tras ella. Rápidamente le puso un fajo de billetes en la mano a Priya, con la mirada llena de significado:
Con 10.000 rupias es suficiente para alquilar una habitación temporal por tres días. Vuelve en tres días. Te lo garantizo… te espera una sorpresa.
Priya miró a la niña sin decir palabra. No quería aceptar dinero de nadie, pero, al tener a la niña en brazos y no tener ni una sola moneda en la cartera, se vio obligada a aceptar.
Tres largos días transcurrieron lentamente en la pequeña habitación de la casa de un viejo amigo. Durante las noches de insomnio, Priya no se arrepintió de ese matrimonio, pero pensó con dolor en su hijo: el niño que crecería sin el amor de un padre, solo porque su madre había amado a la persona equivocada.
A la cuarta mañana, regresó a la vieja casa, no para pedir perdón, sino porque las extrañas palabras de Anika seguían resonando en su cabeza: «Habrá una sorpresa…».
La puerta se abrió levemente. La escena en el interior dejó a Priya sin palabras.
La casa estaba en ruinas. Los muebles estaban esparcidos, tazas y vasos rotos por todo el suelo. En un rincón de la habitación, Rakesh estaba sentado en el suelo, con las manos sujetándose la cabeza, con el rostro demacrado y el cabello revuelto.
Anika no estaba por ningún lado.
Cuando Rakesh levantó la vista, sus ojos estaban llenos de cansancio y arrepentimiento. Su voz temblaba:
Ella… me dejó. Se llevó todo el dinero, el coche, el teléfono. Resultó ser una estafa. Esta casa está a punto de ser embargada por el banco…
Priya permaneció inmóvil, sin decir nada. Entró lentamente y colocó a su hijo dormido en la silla con la pata rota. Luego se sirvió un vaso de agua, bebiéndola como si aún estuviera en casa.
Rakesh continuó con la voz entrecortada:
Dijo… que solo me estaba probando para ver si me atrevía a dejar a mi esposa e hijos. Pero lo hice. En los últimos tres días, he llegado a comprender… que todo lo que tengo es gracias a ti.
Priya miró al hombre que solía ser su apoyo, su cielo entero; ahora era solo un fracaso, con las manos vacías y arrepentido. Sus ojos ya no reflejaban ira ni reproche. Solo había calma: la calma tras alcanzar las profundidades del dolor.
No necesitas disculparte conmigo. Discúlpate con el niño por tu egoísmo. Creías que la felicidad residía en cosas nuevas, pero olvidaste que lo más preciado… a menudo está justo frente a ti.
Rakesh permaneció en silencio, con los ojos rojos.
Priya recogió al niño y salió por la puerta. Pero antes de irse, se detuvo y miró hacia atrás:
No te odio. Pero tampoco puedo volver atrás. Seguiré viviendo, por el niño y por mí. En cuanto a ti… si aún tienes conciencia, quédate con lo que te quede.
Se fue, esta vez no porque la echaron, sino porque eligió su propio camino.
La historia se extendió por todo el pequeño barrio de Jaipur. La gente siente pena por un hombre que pierde a su dulce esposa. Y aún más por una mujer valiente que se deja ir cuando ya no queda esperanza.
En cuanto a Anika, la misteriosa amante, nadie sabe dónde está. Algunos dicen que solo quería darle una lección a Rakesh. Otros dicen que todo fue una estafa profesional. Pero para Priya, Anika es un reflejo de la naturaleza humana: apropiarse con avidez de la felicidad ajena tarde o temprano pagará un precio.
Lección aprendida:
Nunca pongas a prueba la paciencia y el amor de alguien que lo ha sacrificado todo por ti. Porque cuando decide irse, no es por debilidad, sino por su fuerza para vivir sin ti.