La noche de bodas, la suegra impone una regla: “Cada noche solo puede dormir con su hijo 2 horas”, y la razón que dio dejó a la nuera en shock…
Desde pequeña, Hương siempre soñó con una vida matrimonial tranquila, con un esposo que la amara y una familia feliz. Nunca imaginó que caería en una situación tan conflictiva, como las historias de cuentos de hadas llenas de malentendidos entre suegra y nuera. Pero los sueños siempre pueden desmoronarse, y para Hương, la noche de bodas fue el comienzo de una realidad completamente inesperada.
La boda se celebró con gran pompa en un elegante restaurante en el centro de la ciudad. Todos elogiarían a Hương por su belleza, al novio por su elegancia y la familia de ambos por su perfecta compatibilidad. Hương había oído a sus amigas quejarse sobre sus suegras difíciles, pero ella pensaba que había tenido suerte, ya que durante su noviazgo, la señora Mai, madre de Hùng, siempre fue amable y educada. Hương incluso se jactaba con sus amigas de que su suegra era parte de la “nueva generación”, con ideas modernas y una buena disposición hacia sus hijos.
Sin embargo, todo cambió en la primera noche que pasó como nuera.
Después de la fiesta de bodas, cuando Hương y Hùng entraron en su habitación, un golpe en la puerta los sorprendió. Era la señora Mai. Ella llevaba un papel en las manos y una expresión seria.
– Deténganse un momento, tengo algo que decirles – dijo ella.
Hương y Hùng se miraron, sorprendidos, pero rápidamente abrieron la puerta. La señora Mai entró, se sentó al borde de la cama, colocó el papel sobre la mesa y comenzó a hablar.
– No quiero entrometerme en la vida privada de ustedes, pero como madre, tengo la responsabilidad de cuidar la salud de mi hijo. A partir de ahora, Hùng solo podrá dormir con su esposa dos horas cada noche. Después, deberá regresar a su habitación.
La habitación quedó en completo silencio. Hương estaba en shock, mientras que Hùng frunció el ceño:
– ¿Qué dices, mamá? Ya estamos casados, ¿por qué tenemos que dormir en habitaciones separadas?
La señora Mai no pareció molesta. Miró a su hijo y luego se dirigió a Hương con calma:
– Hương, no pienses que soy difícil. Pero Hùng ha tenido una salud frágil desde pequeño, su corazón no está bien. Siempre he organizado sus horarios de descanso y comida de manera muy rigurosa. Si ahora, siendo casado, empieza a acostarse tarde, con un ritmo irregular, eso afectará su salud. Dos horas cada noche es suficiente. El resto del tiempo debe descansar como siempre.
Hương se quedó paralizada, mientras una risa nerviosa escapaba de sus labios. Su esposo tenía 30 años, era alto y fuerte, trabajaba en la construcción, un trabajo físicamente exigente. Nunca había oído a un médico decir que la vida sexual de una pareja afectara al corazón. Pero la expresión tan seria de la señora Mai le hizo sentirse impotente para argumentar.
– Mamá, ya estamos casados. ¿No podemos estar juntos cada noche? – preguntó Hương en voz baja, tratando de mantener la calma.
La señora Mai hizo un gesto con la mano y respondió sin titubear:
– No es que no puedan estar juntos, pero debe ser en el tiempo adecuado. Ya he preparado todo, la habitación de Hùng sigue igual, tú dormirás en la habitación nupcial. Dos horas por noche es suficiente. El cariño es importante, pero la salud es lo primero. Yo lo crié durante 30 años, no puedo permitir que su vida se vea afectada solo porque su nuera quiera algo distinto.
Hương se quedó sin palabras. No podía creer que la mujer que antes se había mostrado tan amable y cordial ahora estuviera imponiendo reglas tan estrictas e irracionales.
Esa noche de bodas, Hương se quedó mirando al techo, las lágrimas caían sin que se diera cuenta. No podía culpar a Hùng, pues él también parecía triste. Las dos horas juntos no fueron suficientes para disfrutar de la dulzura de su recién casada vida, porque siempre estaba la constante interrupción de los golpes en la puerta, como si fueran el sonido de un reloj despertador invisible.
Los días siguientes no mejoraron. Aunque Hùng intentó resistir las reglas, la firmeza y el control psicológico de la señora Mai eran demasiado fuertes como para que él pudiera oponerse. En una ocasión, Hương trató de hablar con su suegra, pidiéndole más flexibilidad, pero solo recibió la siguiente respuesta:
– Como esposa, debes saber sacrificarse. No seas egoísta y pongas en peligro a la persona que amas.
Esa frase fue como una cuchillada en el corazón de Hương. Se dio cuenta de que no solo se casaba con un esposo, sino también con una suegra que tenía una mentalidad excesivamente controladora.
Un mes después de la boda, Hương comenzó a sentirse agotada. No era por la falta de cariño de Hùng, sino por la sensación de estar constantemente bajo vigilancia, de tener que pedir permiso para cada acción, para cada momento del día. Incluso las noches en las que solo quería ver una película con su esposo estaban limitadas por el tiempo.
Un día, mientras escribía una solicitud de trabajo para mudarse a otra provincia, como una forma de escapar del control opresivo de su suegra, Hùng tomó su mano y le dijo en voz baja:
– Lo siento. Pensé que mi madre cambiaría después de ver que tengo una familia. Pero parece que… nunca aceptó que soy un hombre adulto.
Hương no culpó a Hùng, pero entendió que un matrimonio sin la mínima libertad no era más que una fachada débil.
Finalmente, Hương decidió irse. Optó por vivir su propia vida, en lugar de seguir siendo una pieza en los planes de alguien más.
La historia se difundió rápidamente entre los familiares, y todos estaban sorprendidos. Una suegra moderna, educada, imponiendo una regla tan extraña. Pero para Hương, fue una lección valiosa sobre no juzgar a las personas solo por su apariencia amable.
Porque a veces, lo que más duele… proviene de un cuidado mal entendido.